Somos los hijos de los que llegaron últimos y el último que llega tiene cien guaguas negras, peludas y con bigotes.
Somos los hijos de los que llegaron últimos y nos sentimos tan miserables que fingimos estar orgullosos, fingimos odiar a los rubios, creemos que diciéndole rucio teñío con pichí nuestra raza kyltra será la bonita, jugamos a un jueguito que viene en caja y en la tapa dice "REVOLUCIÓN" y se ven imágenes de nosotros tirando piedras y bombas, jugamos para sentirnos mejor, pero por dentro seguimos queriendo sacarnos este cuerpo feo y ponernos uno como los de las propagandas. Nosotros odiamos a los rucios porque no somos como ellos, inventamos frases de amor bonitas para sanar la herida, decimos que ellos no son felices y nosotros de verdad sí, pero basta con mirarnos, ¿a caso Pepsodent pone un cholo en su comercial porque sonríe más bonito, más real?.
Nos engañamos todos, pero no engañamos a nadie. Esta mentira nadie se la cree, pero todos la mentimos.
El último que llega tiene cien guagas negras, peludas y con bigotes y llegamos últimos.
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