Plaza Bulnes

¿Sabía usted que en este lugar no sólo no tiene derecho a actuar y a manifestarse libremente, sino que hasta su pensamiento debe someterse?

Así lo aseguró un funcionario de Carabineros de Chile al señalarnos, a mí y a mi acompañante, que fotografiar un simple queque en el altar de la patria era una falta de respeto. Ante esta afirmación, preguntamos si acaso lo que pretendía decirnos era que allí Carabineros decidía por todos qué es bueno y qué es malo. El policía intentó, con todas las formas que estaban a su alcance intelectual (lamentablemente escaso), darnos a entender que nosotras éramos las ignorantes; intenciones -por supuesto- fallidas.

El representante de la institución aseguró que el mundo nunca cambiaría por lo que debíamos rendirnos al sistema, trató de victimizar a su gremio intentando justificar sus negligencias, nos negó un papel firmado que dejara constancia de su poder local para decidir qué era respeto, con el objetivo de que nosotras lo difundiéramos y así se enterara la población de que está prohibido fotografiar un pequeño pastel en la escalinata del ya mencionado altar, incluso nos acusó de faltarle el respeto por pedirle que no nos arrojara saliva al hablar. Luego de un avanzado debate, el carabinero nos comunicó que su horario había terminado y debía retirarse. Aún así, se marchó continuando la discusión a gritos y desde lejos. Su fiel colega, para ayudarlo, se tomó la molestia de afirmar que los obreros tienen un sueldo superior al que recibe cualquiera que a otro empleo se dedique.

Pero como no todo puede ser negativo quisiera destacar dos instancias en que me declaro en acuerdo con el funcionario público: Pues bien, señor carabinero, tiene todo mi apoyo al decir que ambos vivimos en mundos diferentes porque usted vive protegiendo a los ricos y a políticos corruptos, mientras yo vivo luchando por la emancipación de mi gente. También le otorgo razón al creer que mi problema es estar en contra de la globalización, pero, corrección, para quien esto será un problema no es para mí, si no para usted y sus patrones.



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